...la Biblia de Jerusalén
I Macabeos 2, 56-70
56 Caleb, por su testimonio en la asamblea, obtuvo una herencia en
esta tierra.
57 David, por su piedad, heredó un trono real para siempre.
58 Elías, por su ardiente celo por la Ley, fue arrebatado al cielo.
59 Ananías, Azarías, Misael, por haber tenido confianza, se salvaron
de las llamas.
60 Daniel por su rectitud, escapó de las fauces de los leones.
61 Advertid, pues, que de generación en generación todos los que
esperan en El jamás sucumben.
62 No temáis amenazas de hombre pecador: su gloria parará en
estiércol y gusanos;
63 estará hoy encumbrado y mañana no se le encontrará: habrá vuelto
a su polvo y sus maquinaciones se desvanecerán.
64 Hijos, sed fuertes y manteneos firmes en la Ley, que en ella
hallaréis gloria.
65 Ahí tenéis a Simeón, vuestro hermano. Sé que es hombre sensato;
escuchadle siempre: él será vuestro padre.
66 Tenéis a Judas Macabeo, valiente desde su mocedad: él será jefe
de vuestro ejército y dirigirá la guerra contra los pueblos.
67 Vosotros, atraeos a cuantos obervan la Ley, vengad a vuestro
pueblo,
68 devolved a los gentiles el mal que os han hecho y observad los
preceptos de la Ley.»
69 A continuación, les bendijo y fue a reunirse con sus padres.
70 Murió el año 146 y fue sepultado en Modín, en el sepulcro de sus
padres. Todo Israel hizo gran duelo por él.